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Multiuniverso

Lo prometido es deuda II

Lo prometido es deuda II

Rojo teja

La ventana mostraba un cielo de ciudad, con una ciudad llena de exilios bajo él. Comenzaban a llegar las fechas que se escriben en el calendario con tinta fría, eran esos días en los que se agradece el reencuentro con la sensación que deja la ropa más gruesa, más cerrada, en definitiva: más ropa. Una taza de café gastado descansaba sobre la mesa, junto a un paquete de cigarrillos arrugado, y un papel amarillento a medio escribir, hecho por el olvido de las letras. La decoración del cuarto se limitaba a una vieja mesa de madera, aquejada de cojera, acompañada por dos sillas, también robadas a un árbol cojo. El resto de la estancia estaba desnudo, tanto en el suelo, como en las paredes, el minimalismo era un exceso desconocido bajo ese techo, con la excepción de la ventana. Él se encontraba sentado frente a ella, llevaba horas así, y sabía que en otro lugar, y frente a otra ventana, una mujer reinventaba otra historia...

Un poquito de ayuda, por favor

Nunca te he preguntado que opinas de los libros de autoayuda y sucedáneos.

En general, la gente los tiene algo mal vistos y, en mi opinión, existen demasiados prejuicios. ¿De dónde viene tanta resistencia?

Puede ser que sean buenas circustancias para que algún psicólogo avispado o un listillo entendido en el saber aproveche para hacer el agosto. Pero, aún así, si sus textos consiguen ayudar a la gente aunque sea en una sola cosa, qué hay de malo en ello?

Yo he leído algunas obras de Bucay, Dyer o Gray y siempre he aprendido algo.

¿Tú cómo lo ves?

Cabaret 

De god es y dog es

De god es y dog es

Lo prometido es deuda, Chusitín mío. Por eso y porque lo acabo de recordar te pego el fragmento que escribí sobre el primer tema que fijamos. Entre mi espesura mental y que el lenguaje a veces no sabe abrazarse a mis ideas, no había forma de escribir algo con un mínimo de elocuencia.

Si quieres puedes continuarlo, imprimirlo, difundirlo, quemarlo, ilustrarlo, colgarlo en la pared, reciclarlo, y los etcéteras que creas oportunos.

No sé si abandonar el oficio de escritora, que verás tú, que finalmente no va a ser lo mío.

 

El dilema de los dioses

 

El Gran alzó su vista un tanto impasible hacia la mirada insistente del Max.

- Tendremos que decidirnos por algo, ¿no crees? – le preguntaba.

Pero el Gran no quería volver sobre lo mismo.

- ¿Otra vez?, ya te he dicho que elijas lo que prefieras: el discurso sobre la faz de la Tierra o el de la vitalidad de mi cosmos: Oión.

- Ya sé. Pero, ¿qué pretendes? ¿qué lo haga solo? También tú tendrás que implicarte y asumir responsabilidades. Configurar la narración de la absoluta verdad del universo no es como ponerse a escribir en un diario adolescente. Debemos encauzar la pasión y racionalizar el efecto que sobre la humanidad pueden tener nuestras palabras. Recuerda: abarcamos la verdad en simples páginas. ¿Cómo lo lograremos?

- Somos dioses, no debe ser tan difícil, pararnos a pensar un poco…

- Eso. Pararnos en plural. Préstame atención, entonces. – Reprocha Max.

- Dime, querido compañero de gremio.

- ¡Si te lo estoy diciendo! A ver… ¿incluimos entonces en el prólogo el dilema del planeta Oión, como adelanto o lo posponemos a su capítulo correspondiente’

- ¡Ah! Eso. Como prefieras. Quizás sea conveniente adelantar un poco. Los lectores,de este modo, podrá ir haciéndose a la idea de que la raza humana no es única y exclusiva en el cosmos, como suele creer los ilusos. Además, así también despertamos el interés


Eso es todo amigo...

¿Me dejas ver el tuyo?

Boca a boca

Pues eso, que ando un poco alejada de las letras literarias porque en los pocos ratitos libres que tengo prefiero tirarme en el sofá, navegar por los anchos mares de Internete o bajar a esas calitas tan lindas que nos descubres. Tenemos pendiente un billar, que no se te olvide.

El último libro que dejé a medias, como tantos y tantos desde que pertenezco al sistema de explotados, fue la Conjura de los necios y tengo que decir que el loquilandia de Ignatius me tenía enganchadísima. Era como ver una teleserie cada noche, pero con calidad. Espero retomarlo en algún momento y deslumbrarme con el desenlace. Seguro que te sabes al dedillo todas sus aventuras, pero por si acado, aquí dejo mi recomendación.

¿Me vas a añadir de verdad a una conversación de esas múltiples que tienes tú con ya sabes quien?

anda sí...

Besos, amado mío.

tu sabor de ti

tu sabor de ti

Me encuentro en la antesala

que sabe de tu sabor,

en esa distancia de la respiración

que consigue rozarte la piel,

y me confieso libre

en la cautividad de tus piernas.

Dejo que tu abrazo me abrace,

rodeándome adentro de ellas,

para conjugarte con la calma,

y con la urgencia,

del idioma que escribe la saliva

traducida de mi propia lengua.

En mis labios, los tuyos callados,

en tu boca libre, suspira

la libertad que se escondía

amordazada bajo la ropa,

y te bebo en cada brillo de tu sexo,

y en tu sexo se mojan las olas

que recorren la piel de agua y cuerpo.

 

© pokit in a pocket. ch.a.d.t "tú sabor de ti"

La vida sexual de Catherine M.

La vida sexual de Catherine M.

Os regalo dos fragmentos del libro que ando leyendo. Porque me apetece y merecen la pena.

Toda mi cara chapoteaba en su vulva espesa. Nunca en mi vida había sorbido un dobladillo tan inflamado que, en efecto, me llenaba la boca tanto como un albaricoque gordo, como dicen los meridionales. Yo me adosaba a sus labios mayores como una sanguijuela y luego soltaba la fruta para estirar la lengua hasta rasgarme el frenillo y penetrar hasta lo más hondo posible en la dulzura de su umbral, una dulzura comparada con la cual la punta de sus pechos o la redondez de sus hombres eran insípidas. No era de las que se encabritan, exhalaba y pequeños gemidos, tan suaves como el resto de su persona. Resonaban sinceros y me producían una exaltación tremenda. ¡Con qué ansiedad mamaba entonces la frambuesa prominente, cómo me abandonaba a la escucha de aquel rapto! Cuando nos vestíamos, con esa alegría y agitación del vestuario de un club de deportes. Paul, que decía las cosas con más franqueza que todos los demás, se dirigió a Léone: ¿Y? Había sido bueno, ¿no? ¿No había valido la pena soltarse? Ella respondió, bajando los ojos y enfatizando la primera sílaba, que una persona le había hecho efecto. "¡Dios mío, que haya sido yo!", pensé.

Página 56 de la edición de Anagrama.

 

Tiene por costumbre burlarse de conducta de folladora y declara que a esa hora, por lo menos, está seguro de ser el primero que me penetra ese día. ¡Pues no, mira por dónde! He pasado la noche con otro, hemos follado antes de marcharme, tengo todavía su polen en el fondo del chocho. Sofoco contra la almohada mi rapto de alegría. Advierto que él está un poco ofendido.

Página 60.

Vendré con más si continúan los fragmentos dignos de mención.

Feliz día de sol

 

Cabaret

 

Trazos curvilineos

Trazos curvilineos

La literatura erótica ha sido una de mis pasiones desde hace mucho tiempo. Empecé leyendo a Almudena Grandes en Las edades de Lulú, saboree algunos versos también en autoras femeninas contemporaneas, mastiqué libros tan malos como Diario de una ninfómana de Valerie Tasso y me acerqué a la sordidez de Bukowski. El otro día en la biblioteca topé de manera casual con una obra que captó mi atención: La vida sexual de Catterine M. Me recordó al título de la polémica película, que desde hace un par de semanas visita nuestras carteleras, Melissa P. y por tanto, me aproximé a leer el argumento. Se trataba de algo similar: la autora narraba sus experiencias desde la temprana edad que comenzó a practicar relaciones en grupo. He empezado a leerlo esta tarde y la verdad es que me está gustando. Al menos no hay tanto egocentrismo como en Melissa P quien se ha ganado palabra tras palabra todo mi rechazo. Que chica, ay! que chica. Leed El aroma de tu aliento, su última novela, y quizás compartais opinión. O no. Quién sabe.

¿Recomiendas algo, pokito?

 

Cabaret